Dr. Carlos Hurtado vio la piscina hinchable al fondo de la terraza.
Un epidemiólogo boliviano le dijo al dueño de la casa que quería revisar los criaderos del mosquito Aedes aegypti, que transmite el virus del dengue. Pidió permiso para estar cerca de la piscina y preguntó cuándo no habían cambiado el agua.
«Tres meses», respondió el comerciante. Cuando la Dra. Hurtado sacudió los extremos de la piscina de aproximadamente 10×5 metros, del agua subieron miles de mosquitos. Durante el apogeo del verano y la temporada de lluvias en el hemisferio sur, las paredes de las piscinas en la provincia de Santa Cruz, en el este de Bolivia, están cubiertas de larvas de mosquitos y larvas que propagan el dengue.

FUENTE:

https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-64765529