Los científicos de la Instalación Nacional de Ignición (NIF, por sus siglas en inglés) dirigieron su láser de 192 rayos a un cilindro con una pequeña cápsula de diamante rellena de combustible nuclear.
El poderoso estallido de la luz láser generó temperaturas y presiones inmensas al provocar una reacción de fusión, como la que alimenta al Sol.
La NIF, que pertenece al Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (LLNL), había realizado experimentos similares, pero esta vez la energía de la reacción fue mayor que la del láser utilizado para producirla.
Los científicos habían intentado durante décadas alcanzar ese umbral.
Una esfera nuclear perfecta
El objetivo de la comunidad científica es construir en el futuro centrales eléctricas que generen, mediante reacciones de fusión, un flujo abundante de electricidad libre de emisiones de carbono.
Pero eso todavía está lejos y, mientras tanto, queda un largo camino en el desarrollo de la tecnología necesaria.
Uno de los componentes clave en la NIF es una cápsula de diamante sintético del tamaño de un grano de pimienta.
Las propiedades de esa cápsula esférica, que contiene el combustible, son cruciales para llevar a cabo con éxito un experimento de fusión.
La esfera tiene que ser perfectamente lisa y estar libre de contaminantes, ya que cualquier anomalía podría arruinar la reacción.
Sin embargo, esas esferas diseñadas con precisión no se fabrican en California; son el resultado de años de trabajo de la empresa Diamond Materials, con sede en Friburgo, Alemania.
La demanda de este tipo de cápsulas esféricas es muy alta, asegura Christoph Wild, director gerente de Diamond Materials junto con Eckhard Wörner.
“Colaboramos estrechamente con el laboratorio LLNL e intentamos minimizar defectos como impurezas, cavidades o paredes irregulares”.
Fuentes: