La música tiene un poder único para afectar cómo se sienten las personas, y muchas personas la usan para mejorar o cambiar su estado de ánimo, canalizar sus emociones y brindar apoyo psicológico.
El poderoso impacto emocional de la música proviene de sus profundos efectos físicos y psicológicos. Por ejemplo, escuchar música relajante suele tener un efecto positivo en el sistema nervioso autónomo (que regula muchas funciones corporales importantes); al ralentizar la respiración, puede regular el ritmo cardíaco y reducir la presión arterial y la tensión muscular.
Escuchar música también nos afecta a un nivel fisiológico más profundo, ya que afecta fuertemente al sistema endocrino, que es el responsable de la producción de hormonas. La música puede estimular la liberación de neurotransmisores que afectan las experiencias placenteras al aumentar la producción de dopamina (la hormona de la recompensa), reducir el cortisol (la hormona del estrés) y aumentar la liberación de inmunoglobulina A salival (un anticuerpo que mejora el sistema inmunológico).
Por supuesto, estos beneficios solo se dan cuando escuchamos nuestra música favorita. La familiaridad también ayuda, pero incluso la música nueva puede desencadenar respuestas físicas y fisiológicas positivas si es similar a otra música que nos gusta.
La música que no nos gusta puede tener un poderoso efecto negativo en nuestro estado de ánimo y salud.

FUENTE:

https://www.bbc.com/mundo/noticias-65137339