ChatGPT se ha convertido en el sistema de inteligencia artificial más famoso de este año. Desarrollado por OpenAI y especializado en el lenguaje, es capaz de responder a las preguntas que lanzan los usuarios con un gran acierto. Técnicamente se trata de un chat que está basado en GPT-3.5, un modelo de generación de texto prácticamente idéntico a la escritura humana y que cuenta con un aprendizaje automático, que ha sido entrenado con miles de datos de texto generados por personas y que puede realizar diferentes tareas lingüísticas, como traducción, resumen y generación de lenguaje con una capacidad de expresión y comprensión muy elevadas. Por esta razón se ha convertido en un atractivo juego (y también en una amenaza) para estudiantes y creadores.
No obstante, aunque se trata de una herramienta con infinidad de aplicaciones, existen escenarios a los que no llega por sí sola, por lo que es necesario desarrollar integraciones con otros productos o bases de datos, desarrollos a medida en función de las necesidades de cada empresa o sector: «Las herramientas que hay disponibles ahora mismo son principalmente para uso personal; para uso empresarial es necesario contar con un equipo tecnológico que les permita incorporar GPT en la empresa, de forma que les ayude a optimizar sus procesos o a ofrecer una mejor experiencia de usuario a sus clientes», explica María Soto. La inversión que cada empresa debe hacer es variable, en función de la complejidad de los desarrollos o de las integraciones necesarias, de las tecnologías o herramientas de las que ya disponga la empresa y de si cuenta o no con una plantilla de desarrolladores expertos en integraciones.
¿Puede ChatGPT acabar con los deberes?
Si se le pregunta al sistema de inteligencia artificial ChatGPT cómo será la próxima revolución en el ámbito de la educación, la máquina tiene dudas. «Es difícil predecirlo con certeza», responde primero, para luego asegurar: «Es probable que esté impulsada por el rápido avance de la tecnología». Después, el propio sistema elabora una lista de tendencias y cambios que podrían ser parte de la futura revolución educativa e incluye la inteligencia artificial o la personalización del aprendizaje, entre muchas otras.
Lo cierto es que ChatGPT sabe de muchas cosas y también ejecuta, con relativa certeza, tareas básicas. El usuario puede pedirle que escriba una redacción sobre El Quijote, con la extensión y el tono deseado. Sabe de matemáticas.Y también de medicina: el sistema logró un aprobado raspado en el examen que hacen en EE.UU. para poder ejercer la profesión. Entrenada a golpe de millones y millones de datos, esta aplicación podría prender la mecha de un cambio significativo en el modelo educativo actual.
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