La compañía japonesa Astroscale, en colaboración con la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), ha llevado a cabo el lanzamiento y puesta en órbita del satélite Adras-J (Active Debris Removal by Astroscale-Japan), con el objetivo de abordar el creciente problema de los desechos espaciales que orbitan alrededor de la Tierra.
El despegue tuvo lugar desde la península de Mahia, en Nueva Zelanda, marcando un hito en la búsqueda de soluciones innovadoras para la eliminación de desechos espaciales.
El Adras-J tiene como objetivo principal inspeccionar y monitorear la basura espacial, especialmente los restos dejados por etapas superiores de cohetes anteriores.
Se espera que el satélite se acerque a una etapa superior del cohete H2A lanzado por JAXA en 2009, el cual orbita la Tierra a una altitud de aproximadamente 600 kilómetros. La ubicación precisa de este desecho espacial se desconoce, ya que no transmite datos GPS.
Una vez en órbita, el Adras-J utilizará su avanzado equipo de imágenes para capturar imágenes detalladas de los escombros espaciales mientras mantiene una distancia segura. El director del proyecto, Shin Eijiro, espera que esta primera misión de acercamiento e inspección de escombros sea un éxito.
Sin embargo, se mantendrá una vigilancia constante durante al menos dos meses para garantizar el éxito completo de la operación.
Los resultados de esta misión son cruciales para el desarrollo de tecnologías que permitan la eliminación efectiva de desechos espaciales, así como de satélites y cohetes en desuso que se encuentran en órbita terrestre. Se espera que estos avances contribuyan significativamente a la preservación del espacio exterior y a la seguridad de las futuras misiones espaciales.
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