Investigadores de la Universidad de Rochester han creado un material superconductor a temperaturas y presiones lo suficientemente bajas como para ser útil en aplicaciones prácticas.
“Este material marca el comienzo de la superconductividad en el medio ambiente y en la tecnología aplicada”, señaló el equipo a cargo del estudio, dirigido por Ranga Díaz, profesora asociada de ingeniería mecánica y física.
En un artículo publicado en Nature, los investigadores describen un hidruro de lutecio dopado con nitrógeno (NDLH) que exhibe superconductividad a 20,5 grados Celsius y 10 kilobares (15 000 libras por pulgada cuadrada o psi).
15,000 psi puede parecer una presión muy alta (la presión a nivel del mar es de aproximadamente 15 psi), pero para las técnicas de estiramiento comúnmente utilizadas en la fabricación de chips (como la presión química interna para unir materiales), se requerirá un nivel más alto.
Los científicos llevan más de un siglo persiguiendo este avance de la física de la materia condensada.
Los materiales superconductores tienen dos propiedades clave: la resistencia eléctrica desaparece y los campos magnéticos expulsados pasan alrededor del material superconductor.
Todo lo que se podría conseguir con este tipo de superconductor
Si tienen éxito, los investigadores dicen que el descubrimiento será un «avance histórico» que permitirá:
- Redes eléctricas que transmitan electricidad sin la pérdida de hasta 200 millones de megavatios hora (MWh) de energía que ahora se produce debido a la resistencia de los cables.
- Trenes de alta velocidad levitantes y sin fricción.
- Técnicas médicas de imagen y exploración más asequibles, como la resonancia magnética y la magnetocardiografía.
- Electrónica más rápida y eficiente para la lógica digital y la tecnología de dispositivos de memoria.
- Máquinas tokamak que utilizan campos magnéticos para confinar plasmas y lograr la fusión como fuente de energía ilimitada.
Lo cierto es que este descubrimiento ha generado cierto escepticismo debido a que proviene de un equipo de investigadores que en 2020 ya publicaron en Nature que había descubierto un material superconductor prometedor.
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