En el reino animal, los pulpos son criaturas inusuales. Constantemente comparados con extraterrestres, estos moluscos han seguido un camino evolutivo único, convirtiéndolos en una caja de sorpresas científicas. De hecho, tienen habilidades que parecen sacadas de las películas de ciencia ficción, como la capacidad de cambiar de textura, saborear a través de su piel o modificar sus cuerpos casi sin límites. Pero quizás lo más perturbador sea su inteligencia, que no coincide con la de otros invertebrados y se asemeja más a la de los mamíferos superiores, cuervos y loros.
Críticas desde el reino animal
Sin embargo, este proyecto ha causado salivación en muchos círculos, calificándolo de «macroeconomía» y pensando que «no está de acuerdo con la política medioambiental de la UE». Argumentan que los cefalópodos no pueden adaptarse a la vida en cautiverio porque son animales solitarios y complejos que requieren estimulación constante, por lo que criarlos en tanques rodeados de otros cefalópodos y en condiciones de iluminación excesiva puede exponerlos a un estrés constante.
Un giro científico con rasgos españoles
En términos puramente científicos, el proyecto surge de un punto de inflexión con firma española. Tras más de 20 años de trabajo, investigadores de los Centros Oceanográficos de Tenerife y Vigo del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) han conseguido criar calamares en cautividad, rompiendo la hasta entonces infranqueable barrera de la reproducción larvaria. El alimento que le damos no sirve para nada y no encontramos otro alimento adecuado y de fácil acceso”, explica a RTVE Eduardo Almansa, investigador principal del Centro IEO-CSIC. Oceanográfico de. Islas Canarias, cuya investigación ha resuelto finalmente el enigma de los primeros estadios de los cefalópodos, superando a grupos de trabajo de todo el mundo que llevan décadas persiguiendo este objetivo.
Fuente:
https://www.rtve.es/noticias/20230322/granja-pulpos-palmas-pescanova/2432516.shtml