El alcalde electo de Quito, Pabel Muñoz (Revolución Ciudadana), cree que los conflictos políticos del país deben resolverse institucional y legalmente. Duda de la capacidad de Vilhelmo Lasso para enfrentar la crisis actual, pero está listo para mediar si es necesario.
El 5 de febrero, Muñoz ganó el cargo de alcalde de Quito en la votación 25. Ganaron el exalcalde Jorge Yunda (Pachakutik) y Pedro José Freile (Alianza UIO). Durante los próximos cuatro años, ocupará este cargo a partir del 14 de mayo siguiente. Según los votos, el correísmo tiene la mayor cantidad de alcaldes en el Consejo Metropolitano (ocho en total).
Tres puntos en la agenda de Pabel Muñoz
Esto apunta a tres cuestiones apremiantes. El primero tiene que ver con la legalización masiva de los barrios. Aunque se desconoce el número exacto de sectores informales, Muñoz habla de al menos 400. Su segundo eje está relacionado con la movilidad. Propone mejorar la regla tarifaria actual, así como reorganizar rutas y frecuencias. Dice que a la hora de reorganizar el transporte terrestre es importante la información de un sistema de recolección unificado. En tercer lugar está la promoción de inversiones en Quito. La construcción se convertirá en una industria importante. Sin embargo, allí está escrito que el municipio debe dictar normas para estos edificios.
Pabel Muñoz habla de política
Sobre la situación del gobierno central, Pabel Muñoz afirmó que el presidente Guillermo Lasso no puede ser considerado democrático si habla del uso de mecanismos como la cruz de la muerte durante la Asamblea General en secreto por el derrocamiento del golpe. Al mismo tiempo, cree que la separación debe ser institucional y legal. Cree que las calles no deberían hablar. Esto se refiere a los anuncios ya realizados por varios sectores sobre la posibilidad de movilizaciones para presionar la salida de Lasso. “Que no hablen las calles, sino las instituciones”, confirmó en diálogo con EL COMERCIO.
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