Uno, dos, tres, cuatro y gol. El prodigio coreano, que ojalá derribara primero a Pezera y Ruibal, luego a Luis Felipe y Miranda con magia y destreza, deshizo un reñido partido entre Atlético y Betis en la jornada de Champions. Los rojiblancos acabaron terceros y siguieron escalando tras el Mundial. Gracias nuevamente a su Empleado del Mes, Empleado del Mes por hacer tantas pequeñas cosas maravillosas y nunca quejarse. Ese tipo es un tesoro.
Atlético 2023, lo que quieras. O jugará lo que le mantiene alejado del Atlético de Madrid en 2022, alejado de muchos del Atlético de Simeone, que lo hizo. Porque puede y sabe que sus futbolistas son capaces sin importar cuándo jueguen, no cuándo jueguen, a pesar de los gritos encubiertos del régimen o de lo que sugiera su preocupante comportamiento individual. No jugaban antes (son básicamente lo mismo) porque no estaban destinados a hacerlo. Pero coleccionaron y coleccionan habilidad, velocidad, nivel, delicadeza y la capacidad de manejar el balón y disfrutarlo, a veces toques cortos y primeros, a veces turnos largos, regates, carreras a la línea de fondo, trampas desde el costado… hay pistas
El más ilustrado es Griezmann, al que no hace tanto se le consideraba mejor trabajador que el primer arquitecto, pero muchos brillan. De Hermoso, una desconocida zurda que sube, a Navel, el auténtico lateral, no el ficticio. Y Koke, Lemar, Carrasco y Llorente, parecen campeones de Liga. Luego está Morata, los últimos nueve que han hecho más para ayudar al proceso y la recuperación que el remate. El Atlético 2023 creó su primera ocasión en el minuto 2 (cabezazo rosa de Griezmann) y no se sintió mal en intentarlo. El Betis lleva más tiempo jugando. Su versión 2023 es la misma que las versiones 2022 y 2021.

FUENTE:

https://www.abc.es/deportes/atletico-madrid/herocidad-silenciosa-correa-20230402230209-nt.html